Hay algo que siempre me ha gustado de Marchesa: la elegancia de cuentos de hadas, estos vestidos vaporosos, llenos de olanes y tul que te harían sentir como una verdadera princesa. Con este final de temporada la casa diseñadora reafirma su estilo y buen gusto que la caracteriza desde el 2004. Desde la ambientación de la pasarela, la elección de peinados y maquillaje, las modelos, los cortes imperiales y los toques dorados, Marchesa nunca nos falla. Me encanta la utilización de las plumas y las transparencias, creando así un estilo romantico contemporaneo.
Mi favorito sin duda, fue el negro con dorado y verde que me recordo mucho a mi colección favorita de la casa (Spring 2008), que fue la inspiración para mi vestido de graduación.
La gran sorpresa para mi, fueron los toques azules y rojos, sin duda una buena forma de mostrarnos un poco la evolución que Marchesa ira teniendo para el proximo año.
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